Sra Marshall

Se me acerco un oficial muy robusto con aspecto cansino pero feliz.
-¿David Sheen?- me pregunto. Reconoci la voz de el Teniente.
-¿Teniente Marz?- le conteste sonriente. Se me acerco y me abrazo fuertemente.
Gemi de dolor al sentir el apreton.
-¿Que le pasa, David?- me pregunto soltandome inmediatamente, preocupado.
-Creo que me golpie- le respondi señalando mis costillas.
El Teniente hizo una seña a varios enfermeros que se encontraban cerca de una ambulancia y ellos se acercaron rapidamente.
Me levantaron la camiseta y yo me mordi los labios al sentir la tela rozar en lo que sabia eran heridas.
-¿Te duele mucho?- me pregunto uno de ellos.
Asenti con la cabeza pues no podia confiar en mi voz.


-Vamos, tenemos que subirlo a la camilla.- dijo uno de ellos en tono serio.


-¿Puedes caminar?- me pregunto de nuevo un enfermero.


-Si- le dije casi gruñendo.


Caminamos entre los resto de metal y cemento hasta llegar a la ambulancia.


Voltie a ver a la demas gente que se encontraba alrededor mio, me miraban fijamente. Les sonrei forzadamente a cada uno de ellos hasta que repare en un señora que estaba en medio de todos.


-¿Señora Marshall?-le pregunte algo sorprendido. Olvidando de repente el momento y el lugar. La señora Marshall era de aquellas mujeres que jamas se casaban, vivan holgadamente por el dinero heredado de alguna amistad o familiar. Despues de mudarse a Newport habia abierto una academia de piano. Ella me decia que a ella le encantaba tocarlo (mi mama me habia obligado a entrar a aprender a tocar el piano) y que cuando era joven ella habia dado un concierto en el Palacio de Bellas Artes. Siempre que iba me regalaba algun dulce o pastelito... y era la unica co la que habia hablado del asunto de Jason. Se habia convertido en mi mejor amiga y despues de eso en mi heroina, me encantaba la forma en la que se desenvolvia al tocar alguna pieza y despues de unos meses habia llegado a ser su mejor alumno. Mis padres emocionados me habian comprado un piano (no de cola larga desafortunadamente).


-¿David?- me miro extrañademente al reconocerme.


-¿Si?- le rspondi con una mueca de dolor pues en ese mismo momento me estaban inyectando algo.


-¿Eras tu el que entro mientras yo gritaba?-me pregunto sin inmutarse acerca de su actitud.


-Si- le dije y le sonrei amistosamente.


-¿Te duele mucho?-me pregunto preocupada.



-Un poco, de hecho ya no tanto.- respondi sorprendido pues de hecho ya no me dolia casi nada..

Un enfermero sonrio y dijo:

-Morfina

-Con razon.- le respondi tratando de hablar claramente, a travez del sopor que cubria mi mente.

-Vamos David, sera mejor que duermas ahora.- me dijo la señora Marshall dulcemente.

-Y ¿Jane?- pregunte y oi mi voz muy lejana. Una neblina oscura cubria mis ojos, y apenas podia ver atraves de mis parpados.

-Ah, la pequeña adorable.- me dijo la sra Marshall- yo la cuidare.
Sonrei ante el tono serio de lo ultimo que habia dicho y me sumi en una placida inconsciencia.



¡Hola a todas! Espero que esten pasandola bien.
Yo en cambio estoy emocianada por TODOS los comentarios que me pusieron en la ultima entrada. Estoy muy feliz y les dedico esta entrada a todas aquellas que me pusieron un comentario y a las personas geniales que me siguen :)
Me ayudan con solo leer y las aprecio por eso.
No olviden pasar por el blog de mi mejor amiga y yo:
http://www.peanut-butter-jelly-timee.blogspot.com
P y yo pondremos una entrada proximamente.

Las quiero
XOXO;
Q♥