De Alta

Bueno hace mucho que no escribia, pero me llego la inspiracion hoy y decidi escribir antes de que se fuera.

Jane Marshall

Despues de unos 20 minutos, David entro junto con su hermana y con un chico que no conocia.
David se sento en mi cama, me sonrio y luego enojado voltio a ver al otro chico, que me miraba sonriendo. Le conteste con mi mejor sonrisa, se parecia a alguienque ya conocia.

-Jane, este es el sobrino de Charlotte.- me dijo David,pero algo en mi mente me decia que no era a Charlotte a quien me recordaba, era alguien mas, alguien que no habia visto en esta nueva vida, deseche el pensamiento, no tenia memorias, seguro que esto era alguna alucionacion. con un tono suave pero al mismo tiempo enojado David me explico de que parte de la familia era Dean. Lo mire con curiosidad, David siempre parecia feliz, pero esta vez se notaba que le desagradaba la familia de mi madre adoptiva, o tal vez solo fuera el.

-Hola Jane, me llamo Dean.- me dijo sonriendo. Dean tenia aproximadamente la estatura de David, un poco mas alto. Tenia el pelo negro lacio, pero lo tenia un poco desacomodado, tenia algunos mechones mas claros por aqui y alla, estaba segura a que eso se debia al sol. Tenia los ojos grises con una pestañas mas o menos largas. La piel era blanca pero estaba bronceada. Cuando sonreia se le formaban dos oyuelos no tan marcados en las mejillas. Nada mas verlo irradiaba una sensacion de seguridad y extrovertismo.







-Hola.- voltie a ver a la hermana de David.- ¿Te llamas Alex? ¿No es un nombre de niño?- le pregunte extrañada.


-Alexandra, pero todos me llaman Alex.- me dijo mientras todos reian de lo yo que habia dicho.


-Okey-le dije un poco intimidada, era la primera vez que hablaba con alguien aparte de enfermeras, doctores, David y Charlotte.


-Bueno, chicos ya basta, Alex nuestro regalo.- David dijo cuando vio mi mirada de desconcierto.


-Si, lo siento.- dijo Alex sonriendo muy emocionada.- David me pidio que te comprara esto, de nuestra parte, porque yo lo eleji.- me dijo sonriendo. David puso los ojos en blanco cuando su hermana termino de hablar. Alex sonriendo me dio varias bolsas que le habia visto.

-Gracias.- le dije,aunque no sabia que era lo que contenian las bolsas.

-Abrelas.- me dijo emocionado Dean. Le sonrei, me parecia simpatico, aunque no le ayera muy bien a David.













Adentro de las bolsas habia montones de blusas, pantalones, shorts tennis y zapatillas. Les sonrei a todos sin saber que decirles ni como agradecerles.











-No sabia a quien se referia mi hermano cuando me pidio la ropa,asi que al principio solo vas a poder usar shorts por tu pierna.- dijo señalando el yeso que cubria mi pierna.











-No importa, muchisimas gracias, la verdad no se como agradecerles.- les dije muy feliz.











-No pasa nada, no habia visto sonreir a mi hermano desde hace mucho.- Alex dijo sonriendo picaramente.











Una semana despues

-.... no me gusta que te vayas solo asi.- me dijo una voz varonil conocida.

-Sabes que tengo que hacerlo, papá y mamá nos dejaron escrito que......-le dije a un muchacho de unos 18 años que me miraba preocupado. Estabamos en un lugar gris y concurrido, pero mi mente no me dejaba entrar en detalles. Ni siquiera podia ver el rostro del muchacho, solo sabia que el estaba preocupado por algo que iba a hacer.

-Señorita Marshall.-escuche mientras todo se volvia negro, senti una leve sacudida en el hombro, y regrese a la realidad.











-Buenos dias.- le dije extrañada a la enfermera que me habia despertado. Esto sucedia cada vez que soñaba algo de mi vida pasada.











-Unos cuantos meses con la señora Marshall, y los sueños se pasaran.-me dijo despues de que le explicara porque estaba tan rara por la mañana.











Vi a mi alrededor y vi que no estaban Alex y David. Desde que habia conocido a mi familia (Asi consideraba a los que me habian visitado y adoptado) no habia despertado un dia sin ver a nadie sentado, dormido, o desayunando conmigo.







-¿Donde estan todos?-le pregunte a la enfermera que me habia despertado.







-Como es temporada de vacaciones, los cuartos estan llenos asi que tendra que quedarse aqui hasta que...- me dijo y luego se tapo la boca como si hubiera dicho algo que no debia.





-¿Hasta que, que?- le pregunte extrañada aun.





-Nada, es sorpresa.-me dijo misteriosamente.





Mientras pensaba en esto, dos enfermeras llegaron con una silla de ruedas, me metieron en una bañera y me bañe con un shampoo que me habia regalado Dean. Olia a algas marinas, a mar. Dean me habia dicho que era el mejor olor en el mundo, y que cuando saliera el mismo me llevaria a la playa.


-¿Cual quieres escoger?- me pregunto una enfermera cuando tuve que elegir entre dos camisetas. Elegi al azar una de color blanco.
Me ayudo a ponermela y me puso un short de mezclilla cuidadosamente, porque aun tenia un yeso en una pierna.

-Bien, creo que ya estas lista.- me dijo sonriendo.
Le sonrei y me acoste en mi cama.

Me puse a ver la tele. Estaba quedandome dormida cuando abrieron la puerta de mi habitacion... era Dean.

-¿Aun estas acostada? ¿Con este dia?- me pregunto sonriendo mientras abria las cortinas de la ventana.

-No se si te diste cuenta pero, estoy en un hospital.- le respondi casi sonriendo, jamas habia salido de mi habitacion.

-Por eso estoy aqui.- me respondio picaramente.- los otros querian esperar pero...- se callo repentinamente.

-¿Pero que?- le pregunte.

-Ok, soy pesimo para los secretos, te dieron de alta ayer en la noche.

-¿Ya me puedo ir?-le pregunte emocionada.

-Si, he traido unas muletas, vamos a salir un rato. ¿te parece?.-me pregunto sonriendo.

-¡Claro! Asi me podrias decir porque no se caen bien tu y David.- le dije mientras lo miraba fijamente.

-Talvez.- me respondio mientras veia hacia la ventana.